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Toxoplasmosis

Figura 1. Retinografía color del ojo derecho en la que se objetiva la cicatriz corioretiniana pigmentada inferior, retinocoriodosis miópica y atrofia peripapilar.

Figura 2. Retinografía color del ojo izquierdo en la que se objetiva la cicatriz corioretiniana pigmentada temporo-inferior en polo posterior, retinocoriodosis miópica y atrofia peripapilar.

Descripción

La toxoplasmosis está causada por Toxoplasma gondii, un protozoo intracelular. El gato es el huésped definitivo, y son huéspedes intermedios los seres humanos, entre otros. Los ovoquistes se excretan en las heces felinas y luego son ingeridos por el huésped intermedio en carne poco cocinada, huevos o abastecimientos de agua contaminados. También se transmite a través de la placenta en una mujer con toxoplasmosis activa. En los pacientes inmunocompetentes la primoinfección suele ser subclínica. En cuanto a las manifestaciones oculares, son frecuentes los episodios recurrentes de inflamación por la rotura de los quistes. Puede producir una uveítis anterior granulomatosa. Es típica la presencia un foco inflamatorio aislado blanco y desflecado de retinocoriodosis asociado a una cicatriz pigmentada. Los focos de novo no asociados a cicatriz antigua y las lesiones múltiples son raros en inmunocompetentes, pero frecuentes en inmunodeprimidos. Puede causar vasculitis retiniana y edema de papila. El diagnóstico suele basarse en los hallazgos de la exploración clínica.

Comentarios

Indicación

Mujer de 32 años que acude a visita con antecedentes de toxoplasmosis ocular en la infancia y miopía magna de 7 dioptrías en el ojo derecho (OD) y 15 dioptrías en el ojo izquierdo (OI). A la exploración presenta una agudeza visual de la unidad en el ojo derecho y 0,15 en ojo izquierdo (escala decimal de Snellen). La biomicroscopía no muestra alteraciones en polo anterior y en polo posterior destaca una corioretinosis miópica con un área de atrofia corioretiniana inferior en OD y un área de atrofia corioretiniana en polo posterior y en periferia nasal en OI, sin signos de actividad (figuras 1 y 2). También se objetiva una inserción oblicua de la papila con atrofia peripapilar y retinocoroidosis, hallazgos típicos de la miopía magna.